martes, 30 de octubre de 2012

Un soneto

Estaba antes viendo las últimas noticias de las páginas que sigo en Facebook y vi que los últimos estados que había compartido la Biblioteca Central de Cantabria eran varios sonetos de Miguel Hernández. Me parecieron tan bonitas que rápidamente me animé a escribir yo otro soneto. Quizá no llegue a la altura de los de Hernández pero creo que al final he conseguido una buena historia y una buena estructura.

Nunca le he puesto nombre a las pocas poesías que he escrito pero esta vez, a ver si me sirve de precedente, le daré un título.

Sueño

A mi lado camina silencioso,
silencio que sus ojos iluminan,
luces que en deseo y ansia culminan,
cúspide donde habita el tiempo ocioso.

Me paro, le pregunto, está nervioso,
tiemblo, los sentimientos me fulminan,
deciden los sueños que no terminan,
mi mano acerco hacia el cielo precioso.

Qué alegría, qué paz, qué placentero
pasear tus cabellos por mis dedos,
flotar, olvidar el espacio nuestro.

Dejo atrás lo eterno y el hecho mero
de ello me hace volver a tus enredos,
excusas que domina todo maestro.

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