viernes, 5 de octubre de 2012

Música como fuente de inspiración

Los sonidos de los instrumentos, muchas veces situados en un segundo plano, de las canciones son fundamentales en el éxito de las mismas. ¿Quién no ha identificado varias veces una canción escuchando sólo unos pocos segundos de música? Qué sería de las baladas sin piano, del rock sin guitarras, de las canciones tradicionales sin sus panderetas y gaitas... 

Asociamos todas esas creaciones a recuerdos, estados de ánimo y momentos de nuestros días porque nos identificamos con ellas, nos dejamos atravesar por sus notas. Los artistas construyen historias, en forma de letras que riman, arrastrados por las composiciones instrumentales que surgen en sus días de ensayo. Así siempre logran que todo conviva en armonía, no hay película que disienta de su banda sonora.

A partir de una de esas innumerables melodías he creado una nueva décima. Con ella recreo una de las escenas que siempre me vienen a la cabeza cuando escucho ritmos de tambores.

Suena el ritmo acompasado,
que varios tambores cuentan,
bailes que el alma alimentan,
de luz todo es decorado,
un joven enamorado,
sonríe alzando los brazos, 
dibuja con ellos trazos,
fugaces rayos de un faro,
la euforia crece a su amparo,
y estrechan todos sus lazos.


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